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Entre veladoras y Apapachos: Mezcal El Recuerdo celebra el Día de Muertos con gran tradición

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En México, el Día de Muertos es una de las celebraciones más representativas y emotivas del calendario. Más que una fecha para llorar a los que se han ido, es un reencuentro espiritual lleno de colores, aromas, música y sabor. Las familias se preparan durante días para recibir a sus seres queridos en altares cubiertos de flores de cempasúchil, papel picado, velas, fotografías, pan de muerto y los platillos favoritos de los difuntos. Todo se convierte en una ofrenda viva que ilumina la memoria y reafirma el lazo eterno entre los vivos y quienes ya partieron.

En ese contexto, el mezcal ocupa un lugar sagrado. Desde tiempos ancestrales, esta bebida espirituosa ha sido símbolo de comunión, respeto y trascendencia. En muchos pueblos de Oaxaca y otras regiones mezcaleras, el mezcal se ofrecía en los altares como un tributo a los antepasados, y después se compartía entre familiares y amigos al final del día, en una suerte de brindis por la vida y la memoria. Cada trago se convertía en una conexión íntima con el pasado, en un puente invisible entre el aquí y el allá.

Es precisamente de ese legado de donde nace Apapacho, el cóctel con el que Mezcal El Recuerdo celebra el Día de Muertos. Su nombre proviene del náhuatl apapachoa, que significa “abrazar con el alma”, y sintetiza el sentido profundo de esta temporada: recordar, honrar y agradecer con el corazón.

Más allá de ser una bebida, Apapacho es una experiencia sensorial y emocional. Su preparación rescata elementos tradicionales y los entrelaza con una propuesta moderna que celebra el mestizaje de nuestra cultura. Elaborado con Mezcal Recuerdo Abocado, esta creación combina el carácter del agave con ingredientes llenos de identidad mexicana: el tejuino, fermento ancestral de maíz; el jugo de limón que aporta equilibrio y frescura; la miel de agave, símbolo de dulzura natural; y la sal metchi, que evoca la tierra y las raíces.

Receta del cóctel Apapacho

Cada trago es un suspiro, una pausa para sentir y recordar. El tejuino, con su sabor ligeramente ácido y fermentado, recuerda los rituales de las comunidades del occidente de México; el mezcal, con su toque ahumado y profundo, conecta con la tierra oaxaqueña y su historia; la miel de agave suaviza y armoniza la mezcla, mientras que la sal metchi aporta una nota mineral que despierta la memoria gustativa.

Apapacho nos invita a reunirnos. A encender velas, a preparar el altar y, al final del día, a compartir una copa en compañía de los nuestros. Cada sorbo se vuelve un momento de diálogo entre generaciones: los abuelos que narran historias, los hijos que escuchan, los amigos que ríen y los ausentes que, de alguna manera, siempre están presentes.

Mezcal El Recuerdo ha sabido capturar esa esencia. Su nombre es un homenaje a lo que nunca se olvida, a los momentos que dejan huella y a las tradiciones que se mantienen vivas a través del tiempo. En cada botella hay una historia, un pedazo de tierra, un eco de los ancestros.

En este Día de Muertos, levantar un vaso de Apapacho no es solo brindar: es abrazar con la mirada y con el alma a quienes ya no están. Es agradecer por la vida, por los sabores que nos unen y por las raíces que nos sostienen.