Una de las mejores compañías que he tenido durante los viajes han sido los libros, en especial los libros de crónicas y biografías, a partir de ellos enriquezco mi viaje, pues me enseñan una cara diferentes de los lugares que estoy visitando, me entretienen y aprendo al mismo tiempo. Y si los leo antes de partir empiezo a viajar con ellos, también me enseñan de la historia y de cómo fue ese lugar en otros tiempos o los personajes que habitaron o exploraron esos sitios.
Algunos de los autores que me han acompañado en mis viajes son:
Ryszard Kapuscinski (Polonia 1932-2007) fue corresponsal en el extranjero hasta 1981. Entre sus muchos galardones figura el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, concedido en 2003. En sus libros nos comparte su visión, sus investigaciones, su documentación y vivencias que tuvo en diferentes sucesos históricos.
De Edirotial Anagrama, colección Crónicas, he leído estos dos libros:
Ebano: cuando tuve la fortuna de ir a Sudáfrica, Botswana y Zambia, donde los tour operadores me mostraron una de sus muchas caras, Kaspiscinski me motros otras tantas y me ayudo a comprende un poco mejor África.
El Sha: pienso viajar a Irán, espero hacerlo pronto antes de que la historia me lo impida.
También de la colección Crónicas de Anagrama leí a Nigel Barley, un conservador especializado en África septentrional y occidental del Museum of Mankind del British Museum. Tras licenciarse en Lenguas Modernas en Cambridge, se doctoró en Antropología en Oxford. El autor se dedicó durante un par de años al estudio de una tribu poco conocida del Camerún, lo que constituyó su primera experiencia en el trabajo de campo, y casi la última. Dicha experiencia la describe en su libro El antropólogo inocente. Después se incorporó al Museo Británico, cuyo departamento de publicaciones editó este texto como curiosidad.
Es un texto muy divertido que, en lo personal, me invito a observar con detenimiento los usos y costumbres de la gente, me invito a ver con más objetividad la vida de las personas con las que me ha tocado convivir en mis viajes, sin juicios y con la apertura de aprender de ellos y de las diferentes circunstancias.
Paul Theroux, nació en 1941 en Medford, Massachussets, Estados Unidos, en cuya universidad se graduó. Viajero empedernido, ha ejercido su actividad docente en diversos países de Europa, Asia y África. Ha publicado numerosas novelas, como San Jack, Chicago Loop, Hotel Honolulu y La Costa de los Mosquitos, llevada al cine por Peter Weir con Harrison Ford en el papel protagonista, pero debe su fama mundial a libros de viajes tan personales y emblemáticos como El gran bazar del ferrocarril y El viejo Expreso de la Patagonia.
En los dos primeros libros que leí de Paul Theroux no me cayó nada bien, era un poco engreído, misógino, borracho y prejuicioso. Aunque se alcanza a ver un cambio en su personalidad entre su libro de El gran bazar del ferrocarril (The Great Railway Bazaar) y En el gallo de hierro: viajes en tren por China (Riding the Iron Ruster). Pero en el libro su El safari de la estrella negra (Dark Star Safari: a Overland from Cairo to Cape Town) publicado en 2002, se ve un hombre muy diferente a aquel que escribió su primer libro de crónicas en 1975. Como viajera sus libros me han inspirado, me han invitado a comprobar si su visión de ciertas cosas es la misma que la mía y me ha invitado a no conformarme con lo que él u otros escriben, pues lo más valiosos al final de todo es nuestra experiencia personal.
Antes de viajar al Cairo y tomar uno de esos crucero comerciales que recorren el Nilo leí el libro To the heart of the Nile una historia que relata los viajes de exploración que realizo Lady Florence Baker, es posa de Sam Baker. Pat Shipman hace una investigación profunda de la vida de estos dos personajes y nos deja un apasionante relato que nos invita a imaginar cómo era el Nilo y las comunidades que vivían a sus orillas en esos tiempos alrededor de 1860, tiempo en que Richard Burton y John Speke encuentran las fuentes del Nilo en el Centro de África.
Por último quiero compartirles el libro Red Dust: A Path Through China de Ma Jian. El escritor y disidente político chino nació el 18 de agosto de 1953 en Quingdao. Empezó trabajando como periodista para los sindicatos, hasta que su primer libro, publicado en 1986, fue condenado por las autoridades de su país, obligándole a huir a Honk Kong. Tras residir durante una temporada en Alemania, ha fijado su residencia en Londres. El Nobel Gao Xingjian lo ha descrito como “una de las voces más importantes y valerosas de la literatura china”.
La conciencia política de Ma Jian viene influida por lo ocurrido a su abuelo, detenido en 1968 durante la Revolución Cultural promovida por Mao Zedong. Su primera obra, un libro de viajes sobre el Tíbet, describía sin complacencia las turpitudes de una sociedad tradicional muy alejada de los clichés al uso, denunciando prácticas como la violación ritual o el abuso sexual, que se daban, incluso, en el seno de las familias.
En plena reacción, orquestada por Den Xiaoping, a la incipiente apertura de la sociedad china, el libro fue tildado de “polución espiritual” y de “liberal burgués”: Ma Jian no esperó a sufrir las represalias previsibles y emprendió la huida a través del interior de China, en un viaje de tres años que lo llevaría a Hong Kong. La experiencia dio lugar a su primera obra de éxito en el extranjero, publicada en inglés bajo el título de Red Dust (Polvo Rojo). Tras emigrar a Alemania en 1997, en 1999 se instaló en Londres junto a su traductora y compañera sentimental, Flora Drew, a quien había conocido durante la realización de un documental sobre los disidentes chinos.
Durante uno de mis viajes tuve la suerte de recorrer el Yunan que colinda con Tibet, ahí pude ver la influencia del budismo tibetano en Shongdian, conocer Lijiang un poblado mágico, la ciudad de Kumming. Durante ese recorrido pude imaginar la vida y travesías de Ma Jian.