Parecido a los grandes festivales int en México contamos con el ya tradicional Festival de Jazz de la Riviera Maya, el cual mostró un cartel de excelente calidad y primer nivel, que hizo que muchas personas decidieran visitar este lugar paradisiaco.
Aunque en nuestro país el jazz no es un género muy llamativo, por séptima ocasión Playa del Carmen es testigo que cuando se tienen leyendas alternando en el escenario con el talento nacional, la música es lo que realmente nos une.
Bitácora jazzera.
25 de noviembre. Después de un día de intensas lluvias, la inauguración del festival se vio ligeramente retrasado, pero después de todo, se pudo empezar el concierto con la banda The Royal Band, conformada por miembros de diversas partes del mundo, entre los que se encuentran dos mexicanos, una de ellos la vocalista, Rosa Elena, la cual nos dejó a más de uno sorprendidos por su potente voz, valió la pena la espera.
Le siguieron Aguamala, presentando su nuevo disco 13:20, haciendo honor a la cultura maya imperante en el lugar. Comandados por Fernando Toussaint, esta agrupación supo prender bastante bien a la gente con su clásico jazz-rock. Por otro lado, Colin Hunter llenó el ambiente de romanticismo con varias canciones de las grandes bandas, incluyendo varios clásicos de Frank Sinatra. Para cerrar la velada con la agrupación Sacbé de los hermanos Toussaint, cuya última canción fue una pieza dedicada a un famoso pintor español “Picasso”, esta presentación si resultó un poco pesada para cerrar la noche.
26 de noviembre. El segundo día, nos desplazamos a un ambiente muy diferente, Playa Mamitas, en medio de la zona hotelera más importante de Playa del Carmen. El escenario quedaba paralelo al mar y sólo una pequeña valla separaba a los grandes músicos de sus seguidores. Gracias a esta playa, era posible escuchar a cada grupo perfectamente desde cualquiera que hubiera sido tu ubicación, pues no existían barreras que impidieran el desplazamiento del sonido.
Bajo este escenario, pudimos disfrutar de una de la bandas más representativas del jazz nacional Na´rimbo, traído directamente del estado Chiapas y de la famosa marimba Nandayapa, ya que es un grupo 100% mexicano que combina el jazz con marimbas, dando como resultado un sonido un tanto guapachoso, que al final de cuentas puso a la gente a bailar un rato.
Seguimos la travesía sonora con Mark Aanderud, el maestro Enrique Neri y Juan Alzate; los cuales le dieron un ambiente totalmente bohemio a nuestra locación en la playa.
27 de noviembre. Al día siguiente, sin previo aviso en el cartel, se presentó de nueva cuenta el grupo Sacbé, interpretando únicamente tres canciones. El momento más alocado y rockero del festival estuvo a cargo de Spyro Gyra, llegados desde Nueva York, que lograron despertar a la gente que se encontraba sentada en la playa, presentando su nuevo material “Down the Wire”. El momento enternecedor fue cuando el guitarrista compartió una canción para su santísima madre.
Las mayores expectativas posaban sobre Sergio Mendes, por el cual varias personas de diversas partes del mundo decidieron visitar la Riviera Maya para poder deleitarse con su música. Aunque muchas de sus canciones suenen incesantemente en todas las bodas, 15 años y demás festejos, este brasileño demostró por qué es uno de los grandes en el mundo del jazz. Es impresionante que varios de los grupos hablaban de Sergio como su fuente de inspiración. Acompañado de dos coristas, que fueron escogidas para sonar igual a sus primeros discos, tocó sus greatest hits como “Chica de Ipanema” y “Aquarela do Brasil”. Aunque Mendes, por obvias razones no se podía mover, el espectáculo estuvo a cargo de un hombre que hacía movimientos tipo cappoeira.
28 de noviembre. El cierre tenía que superar a lo precedido con Mendes, cosa que en mi opinión si pasó. Para empezar, cuando uno escucha a Pat Martino y más que eso, escucha la impresionante lección de vida por la que ha pasado, entiende que esa música es irrepetible. Esto debido a que en 1979, tuvo una cirugía de cerebro que le afectó la parte de la memoria, entonces cuando le presentaron un disco de él, no sabía quién era. Por esto es mucho más emotiva su presentación.
Por otro lado, Al Jarreau tuvo algunos problemas con su micrófono, lo cual hizo que se detuviera en la primera canción para que sus músicos volvieran a empezar. Ya descartando este incidente, la presentación estuvo sublime, incluyendo temas de todas sus diferentes etapas. Un dato interesante es que Jarreau fue el único que volvió a salir para deleitar al público con una canción más, el mismo comentó que ese sería la última puesto que ya estaba muy cansado (léase que ya tiene casi 70 años).
Para terminar estos grandiosos conciertos con la leyenda viviente Herbie Hancock, el cual se encontraba ante un público bastante grande que lo vio interpretar magistralmente varias canciones al lado de un majestuoso piano, traído especialmente para él. Como dato curioso, en la conferencia de prensa adelantó que su siguiente disco será una mezcla entre varias culturas, al ser grabado en India y Paris, por músicos africanos y con una mezcla de sonido irlandés.
El recuento del evento.
Creo que hay varias cosas bastante resaltables de esta séptima edición del festival:
• Se rompió el record de asistencia de medios nacionales e internacionales.
• Por primera vez la inauguración se llevó a cabo en la plaza pública y es el primer evento que tiene una duración de cuatro días.
• La gente siempre se comportó a la altura de un festival internacional. No hubo números rojos. Realmente era muy padre ver a toda la gente sentada en la playa, alineada en línea recta, como si hubieran sillas numeradas.
• Hubo una buena derrama económica a la Riviera. La ocupación hotelera subió en un 3%.
• La asistencia estuvo bastante concurrida, alrededor de unas 15 mil personas se dieron lugar en cada uno de los conciertos.
• Gracias a estos eventos se promociona a México como un destino recomendable para conocer.
• También se reconfirma el Festival de Jazz de la Riviera Maya como uno de los 10 más importantes a nivel mundial.
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