Cuando uno toma el avión con dirección al aeropuerto de Dallas Forth Worth vienen a la mente imágenes de una ciudad cosmopolita pero a la vez se hacen presentes otras, las de los pueblos del viejo oeste que series de televisión como Bonanza nos mostraban desde pequeños.
Pues la verdad es que ambos mundos chocan en diferentes regiones de una misma ciudad, a tan solo 20 minutos entre una y otra. Los cierto es que uno de mis sueños era vivir la experiencia de los “cowboys”, en el siglo XXI nada mejor que empezar esta trayectoria con música ambiental para lo cual hay que escuchar “Le Grange” de ZZ Top y “Wanted Dead or Alive” de Bon Jovi que seguro te pondrán a tono y recorrerás las calles como un auténtico sheriff.
Viviendo en una maqueta
Una región que es muy pequeña pero rica en historia country es Grapevine, a tan solo unos 15 minutos del aeropuerto. Aquí el paisaje es dominado por locomotoras, unas originales y otras reconstruidas.
Más que sus locomotoras, su distintivo más peculiar es la gente, la cual es muy amable debido a que son una población chica y da la apariencia de que todos se conocen, así como se veía en las series de TV: Los Pioneros o Dr.Queen. Mientras nos encontrábamos en una clásica cafetería, un local entro y todos, absolutamente todos, lo saludaron como a un hermano.
Al recorrer las calles bajo un sol quemante de esta ciudad uno llega al Historic District, donde se localiza su museo; lugar que muestra vestimentas y artículos como cajas registradoras, botellas, maquinas de escribir y materiales de cocina entre otros que fueron utilizados y resguardados por los propios lugareños, incluso se corre la leyenda de que aquí fue el último lugar donde Bonnie y Clyde pasaron juntos antes de morir.
Si eres amante de los trenes, este es tu lugar, han logrado poner en funcionamiento varias maquinas originales, otras con algunos acondicionamientos como mejoras en sus asientos, pero son detalles mínimos. A un costado del museo uno puede acudir al taller, donde se arreglan y fabrican diferentes tipos de locomotoras y además uno puede subir a ellas para conocerlas por dentro.
Al salir del Distrito Histórico uno se acerca a la civilización, dejando atrás ese ambiente “western”. Con un nuevo contexto pero con un toque antiguo, acogedor y tradicional, la gran mayoría de las tiendas conservan sus diseños originales, así que no es raro encontrar un edificio que anuncia ser banco y resulta un bar o una tienda de regalos. En el centro de Grapevine es donde se encuentra el monumento a los caídos el 11 de septiembre, ya que la tripulación de uno de los aviones secuestrados era nativa de Dallas.
Para seguir el adiestramiento vaquero, es básico tomar un paseo a caballo en el Austin Ranch, uno de los más importantes de la región de Forth Worth, aquí los equinos no son como los de la marquesa, estos están bastante bien alimentados. Si llevas un sombrero te sentirás como los vaqueros de anuncio de cigarros, el paisaje es muy tranquilizante y encuentras alrededor varios animales como serpientes, ardillas e incluso lagartos; por suerte los caballos no se asustan.
Aquí no solo puedes tomar el paseo, sino también ser parte de las atracciones western como lanzamientos de herraduras, toro mecánico, casino, en fin tienes diferentes actividades para salir de ahí gritando ¡Yiiiiijaaa!
Entre Rangers y Vaqueros
Continuando con la aventura tejana la siguiente parada es Arlington a unos 20 minutos de Grapevine, este lugar que concentra a los dos equipos deportivos más importantes de la zona, los Rangers de Texas y próximamente a los Dallas Cowboys.
Los Rangers son un equipo en plena reestructuración que ha apostado por jugadores jóvenes entre los que se encuentran los mexicanos Germán Durán y Luis Mendoza. Su estadio, es el “Rangers Ballpark” donde conseguir entradas para un partido es más sencillo a comparación de otros equipos, los boletos oscilan entre los 15 y los 120 dólares.
Siendo parte del estadio se encuentra “Legends of the Game Baseball Museum”, que bien puede ser uno de los mejores museos deportivos, aquí uno puede ver trofeos de leyendas como Babe Ruth, todos los tipos de jerseys que se han utilizado así como accesorios de jugadores como Sammy Sosa o José Guzmán. Además de la parte histórica el museo cuenta con una sección interactiva, donde pueden vivir la experiencia niños y adultos.
La nueva sede de los Vaqueros de Dallas se encuentra en plena construcción, será inaugurado para la próxima temporada y todavía no tiene nombre, sin embargo no queda ninguna duda que será espectacular. Romperá 5 récords mundiales en cuestión de estadios: El arco continuo más grande, la pantalla plana más grande (60 yardas de longitud), el tablero más caro (35 millones), el domo y las puertas retractiles más extensas.
Aquí es cuando la modernidad del nuevo estadio tendrá la dura tarea de en primera albergar al equipo más querido de Estados Unidos y México, en segunda construir su propia historia ya que en su antigua casa pasaron grandes leyendas como Staubach, Dorsett, Aikman entre otros.
¡Se busca vivo o Muerto!
En Forth Worth toda la gente viste con sombrero y botas todo el día. Y es cuando mi mente juega conmigo y empiezo a escuchar las pianolas del viejo oeste y los tiros del bueno, el malo y el feo, seguro este sitio sería donde John Wayne acabaría con los bandidos. Aquí los bares deportivos y restaurantes están acondicionados con las típicas puertas de cantina, tonalidades de madera y mujeres hermosas, solo faltan las peleas con hombres que salen disparados por las ventanas de la cantina. La única distinción de modernidad son playeras de jugadores de sus diferentes equipos enmarcados y autografiados colgando de las paredes.
Aquí los caballos de carne y hueso han sido cambiados por caballos de dos ruedas, las Harley se adueñan de las calles con sus colores vibrantes y motores estridentes.
Aquí es fundamental conocer Billy Bob’s, el Honky Tonk (es decir el restaurante tipo country con baile y entretenimiento) numero uno de los Estados Unidos. El lugar es la auténtica cantina del siglo XXI con detalles rústicos, tienen banda en vivo y lo mejor de todo clases de Line Dancing, algo así como “No Rompás Más” pero sin brinquitos y coreografías, así que entre semana uno puede deleitarse viendo hombre y mujeres de todas las edades tomando estas lecciones y sacando brillo a la pista. Este lugar también es reconocido en la unión americana como un centro de conciertos donde se han presentado desde el icono Neil Young hasta la banda de rock Molly’s Hatchet.
Otro gran atractivo de Forth Worth son los llamados longhorns o vacas de cuernos largos que se dan cita en Stockyards. Las puedes encontrar en las calles para tomarte una foto arriba o a un lado de ellas y a las 4 de la tarde uno puede ver el acarreo del ganado que atraviesa por toda la avenida principal. Esta amenidad es breve pero es un distintivo de la zona, el ganado es jalado por auténticos vaqueros modernos, los cuales buscan arraigar este tipo de costumbres en los jóvenes.
Entre la tragedia y el shopping
Ya pasamos por las recreaciones del viejo oeste y por eventos deportivos pero un auténtico vaquero también necesita algo de cultura, así que visitar la ciudad más famosa del estado es una experiencia diferente. Dallas es la ciudad donde se concentran la gran mayoría de los museos, como el Mueseo Kimbell y el Museo de Arte Moderno, pero el Sixth Floor Museum At Dealey Plaza dedicado al expresidente John Fitzgerald Kennedy es de mención aparte.
Sin duda JFK ha sido el presidente más carismático de su historia, aunque también uno de los más controvertidos por su romance extramarital con Marilyn Monroe. Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald, el 22 de noviembre de 1962 disparo desde el sexto piso que ahora aloja el museo, en la avenida principal (Dealey Plaza).
La nostalgia es el elemento que se respira por las 400 fotografías y material audiovisual, y es más fuerte cuando uno camina por la recreación de la esquina por la cual el asesino se escondió tras una serie de cajas para disparar su rifle.
Para aliviar el sentimiento y dudas que genera esta visita al museo nada como ir de compras, uno puede ir al Galleria Dallas o Northpark Center entre otros centros comerciales.
Vacas al plato
Sin duda para ser un buen vaquero, tienes que alimentarte bastante bien, y eso lo tienen muy claro en los restaurantes de todo Texas, ya que la cantidad de comida sea el platillo que sea es inmensa, suficiente para comer dos de un plato. La comida favorita es la TexMex, sazonada con salsa BBQ y guarniciones como pure de papa, ensalada de col y elotes.
La verdad es que el tamaño de los platillos asusta, por eso un buen consejo es, si vas solo, pedir media orden o el menú de niños. Hay opciones para comer diferentes tipos de cocina sin embargo el 90% de restaurantes se dedican a este tipo de comida.