Por: Yazmín Vargas Montesano
Un verdadero recorrido por los sentidos fue el resultado de la cata ofrecida en Riedel Wine Bar de Polanco por el director técnico de Enate, Jesús Artajona Serrano, quien presentó los vinos de la bodega española con Denominación de Origen Somontano, en la provincia de Huesca, España.
Después de una breve explicación de los procesos productivos de la casa vitivinícola que se distingue por ir de la mano con la más moderna tecnología, manteniendo una filosofía de respeto al medio ambiente, de forma que no utiliza ni hervicidas ni insecticidas, el enólogo dio paso a explicar la composición de sus viñedos:
• Chardonnay y gewürztraminer, que suman unas 90 hectáreas
• Cabernet Sauvignon y Merlot, las dos tintas más cultivadas
• Tempranillo, la variedad española por antonomasia
• Syrah, admitida desde hace unos cinco años
Desde el origen de la bodega en 1991 diversos pintores consagrados como Chillida, Saura, Tápies Beulas, Broto, Mira, Torner, Amat y Victoria han realizado los originales de las obras que aparecen en las etiquetas de sus botellas.
La cata empezó con el vino que recién “cosechó” la Medalla de Oro en Bruselas como Mejor Chardonnay, éste es el Chardonnay Barrica, que en nariz aporta notas de vainilla, avellana, piña y pomelo con toques ahumados. En boca se percibe cremoso y con cierta acidez que imprime frescura al paladar.
Bajo los atinados comentarios del enólogo Artajona Serrano la concurrencia apreció después las cualidades del Enate Rosado, (Cabernet Sauvignon 100%) cultivado con mimo en los viñedos hasta alcanzar la madurez óptima. Su aroma recuerda frutos rojos, notas de pimiento y café verde; “Lo mejor de este vino es el paladar, muy graso muy fresco, potente y largo, ideal para tomarlo con una buena paella, con conejo; además de ser un vino con tolerancia a cocinas un tanto atrevidas como la mexicana y la asiática”.
Prosiguió el Cabernet-Merlot con seis meses de crianza en barrica con la intensión de que prevalezca la fruta más que la madera. Es un vino para consumir joven. Liga bien con pescado salseado, pero también con carnes no muy elaboradas. Tiene un color liviano con notas de frutos rojos. En nariz es sugestivo y complejo, y en paladar es de estructura suave.
El Crianza posee un 70% de tempranillo, el otro 30% es Cabernet Sauvignon, que permanece nueve meses en barrica de roble. Los mostos de cada variedad fermentan por separado: el Cabernet envejece en barricas de roble francés y el tempranillo en roble americano. Su capacidad de envejecimiento está en torno a los seis o siete años. Tiene un color rojo cereza picota. En nariz hay notas de cuero, ligeros frutos rojos maduros: moras, fresas… En boca se muestra denso con “chicha” (carnoso).
El siguiente fue el Reserva (Cabernet Sauvignon) “concebido para que aguante más en el tiempo, por lo tanto tendrá más estructura: más tanino, más color. Seleccionamos los Cabernet Sauvignon de más solera, y envejece en barricas de roble francés durante 12 meses. En el color tiene un ligero matiz teja, con notas en nariz de cueros, champiñon, vainilla, clavo de olor, además de ciertas notas de menta. En paladar es estructurado, hay más astringencia y final largo”, aseguró el enólogo.
Syrah-Shiraz elaborado con uvas Syrah del viñedo de Cregenzán y Shiraz del valle de Alcanetos. Destaca por ser un vino rojo cereza picota, con desfile de frutos rojos y aceitunas sobre un fondo de notas avainilladas. Paladar voluptuoso y taninos aterciopelados, muy persistente.
Mientras que el Merlot-Merlot (100% Merlot) “va directo a los sentidos”. Después de la fermentación maloláctica el vino permanece en barricas de roble francés –siempre en barrica nueva- durante 13 meses. Su aroma tiene notas de anchoas, clavo, eucalipto; violetas. En boca es “un latigazo de tanino”, seco, astringente y muy persistente. Realza platillos de carne, guisos y ahumados.
Finalmente, con la variedad de uva Garnacha, cultivada en la zona de San Martín de Valdeiglesias, Madrid, se ha creado Inicio; un vino de buen color y que ofrece niveles de acidez superior.