Hiperrealismo de alto impacto. Llega a la Ciudad de México el australiano Ron Mueck, creador de esculturas sorprendentes, por su fascinante verosimilitud y deslumbrante realismo. San Ildefonso es el recinto que alberga sus nueve obras, íconos de su producción -realizadas entre el 2000 y el 2009-, donde permanecerá hasta el 5 de febrero de 2012.
El público mexicano podrá asombrarse con piezas únicas como En la cama (2005), una escultura monumental (1.6 x 6.5 x 3.9 metros), que se exhibirá en la Capilla del museo.
Esta es la primera ocasión en que se presenta la obra del destacado escultor, distinguido en el ámbito del arte contemporáneo por la fascinante, verosímil y deslumbrante realismo que caracterizan sus obras. El artista explora la representación figurativa como un recurso con el que, reduciendo o aumentando la escala de sus modelos, según lo requiera el tema, logra imprimir vida a sus creaciones.
Con una trayectoria que le ha merecido el reconocimiento como uno de los escultores más sobresalientes en la escena mundial, Ron Mueck llega al Centro Histórico, gracias a la unión de voluntades de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Gobierno del Distrito Federal, instituciones mandantes del Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Con un gran conocimiento de los materiales que emplea, Mueck explota su dominio de la anatomía y su talento para detonar ante estos seres inmutables, emociones, exclamaciones, así como reflexiones sobre el límite entre la realidad y el artificio, el trecho entre lo revelado y lo oculto, el vínculo palpable que une presencia y ausencia. En ninguna otra obra actual como la suya, se ajusta tan atinadamente la observación de que las apariencias engañan y que las obras colman la ausencia de su autor. Su autorretrato es una máscara, una morada que oculta y revela su esencia. Una ventana abierta al abismo de lo invisible, que sorprende el sueño que vela sus desdoblamientos.
Meticuloso en el menor detalle y con acabados estremecedores, Ron Mueck crea esculturas que transitan las edades del hombre, desde el nacimiento hasta la muerte con miradas evasivas que apuntan sus propias preocupaciones. Son metáforas etéreas de la compleja vida interior que proyectan. Su proximidad física es resguardada por una distancia psicológica que solo la imaginación puede fecundar.
Las esculturas de Mueck tienen la particularidad de mostrar a los individuos en los estados más expuestos, generando una profunda empatía física y emocional. La mayoría de sus obras ofrecen una narrativa enigmática, impregnadas de metáforas y alegorías.
Detalles de la muestra
Dispuesta en 791 m², la exposición presenta nueve esculturas elaboradas en técnica mixta con materiales como silicón, fibra de vidrio y acrílico que Mueck realizó entre el 2000 y el 2009. La muestra incluye: Máscara II (2001-2002), escultura en la que el artista reproduce su propio rostro a manera de autorretrato. Sobre esta pieza, de 77 x 118 x 85 cm, Justin Paton, curador en jefe de la Christchurch Art Gallery Te Puna Owaiwhetu, escribe: “La cabeza dormida, solitaria y descomunal captó mi atención cuando entré a la galería. Podía ver la fuerza de la gravedad en sus mejillas, el brillo de la saliva dentro de su boca y cada pelo meticulosamente implantado en su barbilla. Si me acercaba lo suficiente estaba seguro de poder oír el silbido de su respiración a través de sus labios. Me parece que aquí se encuentra un ejemplo de lo más extremo del autorretrato…”
El artista, con sus obras de proporciones poco convencionales, busca recrear la magnitud de las emociones con relación al cuerpo, resaltado los más minuciosos detalles, desde la pigmentación de la piel, la más sutil de las arrugas, los vellos y las expresiones faciales, que sin dificultad crean de inmediato un vínculo con la “realidad”.
Se presenta Hombre en bote (2002), en la que se observa a una persona sin ropa dentro de una canoa, los brazos cruzados, el cabello cuidadosamente peinado y su rostro con una expresión de recelo. Pese a los meticulosos detalles de la escena, parece más la imagen de un sueño materializado que pudiera interpretarse como una metáfora de la vida, un viaje sin un destino definido.
En las esculturas de Mueck, el espacio juega un rol crucial en la interacción con la obra y la acción que representa. Trabaja a escala para proporcionar efectos emotivos y expresivos. Por ello, cuando Ron Mueck visitó San Ildefonso, a principios de 2011, analizó las salas de exhibición para desarrollar la museografía y mostrar al espectador una posición ventajosa para estudiar las expresiones y analizar cada detalle del lenguaje corporal de sus obras.
El encuentro con la obra de Mueck produce en el visitante la sensación de ser un intruso o un fisgón, que irrumpe la intimidad. Sus figuras capturan momentos de solitaria reflexión, con los ojos abiertos y la mirada perdida en aparente despreocupación del mundo que las rodea. Las esculturas logran expresar la noción de la introspección y revelan con maestría el nivel de sofisticación de un pensamiento.
Al mirar las piezas, el espectador puede reconocerse en situaciones similares de introspección, como es el caso de En la cama (2005), o admirarse de la fragilidad del ser humano en Bebé (2000). Reta al intelecto a plantearse que no importa cuán reales parezcan algunas imágenes, al final son meramente representaciones. Se exhiben también las esculturas Juventud (2009), Naturaleza muerta (2009), Mujer con palos (2008) y Pareja acurrucada (2005-2007).
El artista se pregunta si una escultura moderna en el entorno secular de una galería puede entender un tema como la muerte, que ha sido tradicionalmente abordado por el arte sacro y religioso. Ron plantea esta incógnita en una de sus más recientes esculturas, A la deriva (2009), un hombre, un poco bronceado, sobre un colchón inflable, flota en medio de un fondo azul, sin libro, ni bebida; pero al mismo tiempo esta obra, colocada en la pared por Mueck, nos remonta a los crucifijos del siglo XVII, que cuelgan en lo alto de las iglesias. Aquí Mueck nos ofrece una variación contemporánea: una crucifixión que parece salir del mundo material del siglo XXI.
El visitante 100 mil recibirá una sorpresa
El pasado 20 de septiembre, el Antiguo Colegio de San Ildefonso abrió al público la exposición Ron Mueck, que originalmente se presentó en el MARCO de Monterrey con gran éxito (más de 167 mil visitantes).
En la ciudad de México, las nueve esculturas hiperrealistas del artista australiano han provocado un fenómeno aún mayor: a 30 días de estar exhibidas, el museo de San Ildefonso ha atendido a 98,152 personas (cifras al cierre del domingo 23 de octubre). Para recompensar el interés del público, San Ildefonso preparó una sorpresa para el visitante número 100 mil.
Visitante 100 mil
A la entrada de la muestra Ron Mueck,el visitante 100 mil recibió grata sorpresa:
- A las 12:40 horas, la joven Giselle Carreón, estudiante de Comunicación, fue la visitante número 100 mil que asistió este martes 25 de octubre a la muestra Ron Mueck, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
- San Ildefonso le hizo entrega de una Membresía anual, para tener acceso ilimitado al museo con un acompañante.
- Giselle Carreón recibió, además del catálogo de Ron Mueck, tres ediciones más: El arte de las misiones del Norte de la Nueva España 1600-1821; Fragmentos del pasado y Sebastián, entre otros obsequios.
La exposición estará en el Antiguo Colegio de San Ildefonso hasta el 5 de febrero de 2012.
Dirección: Justo Sierra 16, Centro Histórico
Horario: Martes, de 10:00 a 19:30 horas. De miércoles a domingo, de 10:00 a 17:30 horas.
Informes al teléfono 5702 6378 o en la página de Internet: www.sanildefonso.org.mx
Admisión general a las exposiciones temporales: $45.00 pesos
Los estudiantes, maestros con credencial vigente y tarjetahabientes Poder Joven pagan $22.50
La entrada es libre para los niños menores de 12 años, las personas de la tercera edad y los participantes del Programa de Membresías de San Ildefonso.
Los martes la entrada es libre.
Visitas guiadas
Visitas guiadas para el público en general
(a partir del martes 4 de octubre)
Martes 12:00, 15:30 y 18:30 hrs.
Miércoles a domingo 12:00 y 15:30 hrs.
Actividad gratuita con boleto de acceso al museo
Actividades especiales para discapacitados
Visitas guiadas a la exposición con intérprete a la Lengua de Señas Mexicana.
Sábados / 12:00 hrs.
Miniguía del Antiguo Colegio de San Ildefonso en Braille e intérpretes a la Lengua de Señas Mexicana.
Informes y reservaciones: Coordinación de Servicios Pedagógicos
Teléfono 5789 2505 [email protected]
Visitas especiales en horario preferencial
(con museo cerrado a partir del martes 21 de septiembre)
Martes de 20:00 a 21:00 hrs.
Miércoles a domingo de 18:00 a 21:00 hrs.
Duración de la visita 60 min.
Cuota de recuperación $4,250.00 más IVA, para grupos máximo de 25 personas
Cuota de recuperación $250.00 individual (de acuerdo a los horarios disponibles)
Reservaciones 5702 6378
Biografía de Ron Mueck
1958 Nace en Melbourne, Australia.
1978-83 Trabaja como director creativo en un programa infantil para la televisión australiana.
1986 Se muda a Londres y establece una compañía para crear modelos para las industrias de cine, televisión y publicidad.
1996 Realiza la pieza Pinocchio, 1996, a solicitud de la reconocida pintora Paula Rego, madre de su esposa Caroline Willing.
1997 Exhibe su obra Dead Dad, 1996-97 en la exposición Sensation: Young British Artists from the Saatchi Collection en la London Royal Academy of the Arts.
1998 Realiza su primera exposición individual en la Anthony d’Offay Gallery en Londres.
2000 Obtiene una residencia de dos años como artista asociado en la National Gallery en Londres.
2001 Participa en la Biennnale di Venezia con la obra Boy, 1999.
2003 Abre la exposición Ron Mueck: Making Sculpture at the National Gallery en la National Gallery en Londres.
Actualmente vive y trabaja en Londres.