Sin importar tus preferencias culinarias en Hidalgo puedes encontrar platillos que te dejarán gratamente satisfecho ya que su cocina es tan diversa como su paisaje: Montañas, lagos, ríos, valles y cuencas.
Todo forma parte de la comida en este estado, ya sean magueyes, tunas, xoconostles (tunas aciditas), papalo quelite, nopales, flor de calabaza, huitlacoche, cactáceas, insectos, hasta la tierra, como en la preparación de Barbacoa.
Es todo un espectáculo visitar los hornos de tierra, donde se cocinan desde la famosa barbacoa de carnero, hasta las ardillas enchiladas o los conejos y los tlacuaches, cuya carne preparada y sazonada con especias, para luego colocarla dentro de pencas de maguey, que además sirven de paredes en las sencillas y vistosas casas del Hidalgo rural.
Uno de los manjares populares que son muy polémicos son los gusanos blancos de maguey, que tradicionalmente se consumen fritos con mantequilla o en tacos aderezados con salsita o guacamole. Bueno, y no podemos dejar a un lado la hueva de hormiga, mejor conocida como escamoles, los cuales en algunos lugares los acompañan de bocoles, o gorditas de maíz, cocidas en comal y fritas.
Para aquellos mas conservadores, siempre están los pastes, de tradición inglesa, su nombre viene de “pastry” derivación de las empanadas traídas junto con el fútbol por los mineros ingleses que se establecieron en Hidalgo en el siglo diecinueve, van rellenos de papa, poro, carne molida, perejil, cebolla y chile verde serrano, también los hay dulces, de manzana y piña y su cocimiento es horneado.
Otro platillo básico pero la verdad es que si es un poco pesado para la digestión es el zacahuil, típico de la región huasteca, es un tamal de masa de harina de maíz, que lleva dentro piezas de guajolote, pollo o puerco. Se cocina al vapor envuelto en hojas de plátano, dentro de un horno de barro y da alimento a una gran cantidad de comensales, ya que se hace de varios metros de largo.
Para la digestión, bueno según tu estomago está el pulque, producido a partir de la fermentación del aguamiel, mismo que se extrae del maguey. Se puede consumir al natural, pulque blanco, o combinado con pulpas de frutas, cuando se le conoce como curado, o “curadito”.
El pulque es “néctar de los dioses”, pero no por eso no pega como tubo, además de que también se usa para prepara la salsa borracha y los mixiotes, que pueden ser de carne de res, cerdo, pollo o pescado. Sin duda no la única opción de bebida pero si la más tradicional para tomar en este Estado.
Existen lugares típicos para degustar cada especialidad, pero la mejor sierre es donde la misma población te dice: la barbacoa es mejor comerla en Actopan, el Zacahuil en Huejutla, los pastes en Real del Monte, los gusanos de maguey en los llanos de Apan, de ser así tendrás que disponer de muchos días, para recorrer el vasto territorio hidalguense, pero si no cuentas con ese tiempo, los expertos recomiendan visitar una zona cercana a la capital, conocida como Pachuquilla, que tiene fama de contar con restaurantes típicos de lo mas representativo de Hidalgo.