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Cocina de asados

La Cabrera, Casa de Asados del chef Gastón Riveira, templo de la carne

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El Chef Gastón Riveira, nacido porteño y criado como maestro de las llamas del asado, abre un nuevo señorío de cortes y vinos que pertenece a su exitosa cadena: La Cabrera.

Ahora en el barrio de la colonia Roma, muy cerca del jardín Pushkin se puede disfrutar de las delicias que salen de las avivadas brasas. 

Para Gastón, “la carne no solo se come, se contempla” y tiene razón, su materia prima es de calidad incuestionable, desde WAGYU japonés, con pedigree exhibido, desde luego hasta los cortes más conocidos de las tierras argentinas como los bifes, la entraña, también el presumido tomahawk y el elegante lomo, todos servidos al término correcto (esta carne se ofende si insinúan que debe ser bien cocida). 

También hay otras cositas como camarones a la talla, salmón a las hierbas y huachinango a la talla… Pero diablos del infierno, quien pide pescado con olor de las carnes que desprende el asador, si acaso  el pollito con queso ahumado y tomates, o el muy sano pollito grillado. 

De acompañantes hay ensaladas y pastas, papas golosas, y algo que llamó nuestra atención, la cazuela de puré de papa y calabaza.

Los vinos son de muy buena selección de vinos con énfasis en etiquetas argentinas, dónde los malbecs son las estrellas de la carta, con etiquetas provenientes de los valles de Mendoza, la Patagonia, Salta, ricos en taninos suaves y notas frutales que complementan la textura de la carne. Para quienes buscan sofisticación, hay opciones de Cabernet Sauvignon y los Cabernet franc, que aportan estructura y profundidad, y vinos tintos de corte moderno que garantizan un maridaje impecable.

Ya de salida un alfajor de la casa, y tal vez, porque no, un fernet Branca con cocacola.

En definitiva, La Cabrera Roma es más que un simple restaurante de carnes; es la promesa cumplida de un viaje sensorial que celebra la cultura del asado argentino con un toque contemporáneo y sofisticado. Un espacio para los que saben apreciar la textura y el aroma de un buen corte, acompañados de vinos que hablan con elegancia y potencia. Para los amantes del buen comer y el buen beber, este nuevo refugio en la Colonia Roma es, sin duda, una joya imprescindible y un destino obligado para quienes desean saborear la pasión por el asado como nunca antes.