Hace unos días salió publicado la revista Social Indicators Research una nota que da mucho que pensar, titulada Felices leen, infelices ven televisión en el cual se comenta que las personas que no están bien anímicamente son más proclives a ver la televisión mientras que las plenas tienden a leer o a comunicarse con otra gente.
Ver programas de televisión es un quehacer pasivo que ayuda a evadir la realidad, olvidar problemas y resulta un placer mental sin embargo cubre otras necesidades humanas como la interacción interpersonal.
El científico de Maryland, John Robinson y sus colegas han pasado tres décadas observando una muestra de 30.000 personas para determinar los factores que hacen a la gente sentirse feliz. Los que se sienten infelices, de acuerdo con este estudio, ven la tele en un 20% más que el resto. Cuantos se definen como felices, por el contrario, tienden a ser más activos en plano social, leen la prensa y participan en la vida comunitaria.
Para un TV adicto, la tele es una especie de opio: uno genera la costumbre de encenderla para desconectarse del mundo, opina Robinson. Este hábito cobra vigor en tiempos de paro y dificultades financieras. Los científicos recomiendan pasar menos tiempo frente a la pequeña pantalla para resolver con éxito los problemas que se plantean en la vida.
Lo que no se toma en cuenta en este estudio es la cuestión entretenimiento como negocio y la personalidad de cada individuo, ya que no por salir a la calle y hablar con todas las personas que veamos quiere decir que la persona está triste o deprimida, simplemente puede ser introvertida o selectiva en sus amistades. Pero bueno cada quien tiene una diferente opinión, ¿Cuál es la tuya?